
Para siempre en los glaciares eternos
El entierro en el glaciar también nos acelera el corazón. Somos conscientes de que se trata de un funeral y, sin embargo, nos atrevemos a calificar este servicio de "acontecimiento". Para transmitir la sensación a nuestros queridos lectores, tienen que imaginarse lo siguiente: La víspera recibes la llamada de que el vuelo en helicóptero saldrá a las diez de la mañana. La familia de cuatro miembros llega puntual a la base del helicóptero con la urna, ropa adecuada y buen calzado. El piloto les da instrucciones y les informa sobre la ruta de vuelo, el asistente de vuelo guarda la urna de forma segura en el compartimento de equipajes y comprueba los cinturones de seguridad de la familia. Los rotores empiezan a girar lentamente, el ruido se hace de repente muy fuerte y el intercambio de palabras sólo funciona con el sistema de comunicación, los auriculares del helicóptero. Ahora el vehículo despega inesperadamente. El vuelo, indescriptiblemente hermoso, volando entre valles y montañas, con la sensación de poder tocar las paredes de las montañas.
El aterrizaje en el glaciar es bastante rápido y el rugido de los rotores se desvanece lentamente.
El acto esencial, el entierro en los hielos eternos, depende entonces de nuestra organización. La imagen panorámica es impresionante y se graban muchas fotos de recuerdo o incluso vídeos cortos. Es un funeral, un acontecimiento, una experiencia que se queda grabada.